sábado, abril 22, 2006

El estrés empuja hacia los excesos y ciertas adicciones

Científicos estadounidenses comprueban que ante los elevados niveles de una hormona en el cerebro se multiplican las demandas de gratificaciones que devienen, por ejemplo, en comer mucho. Los resultados ayudan a entender la mejor forma de administrar un mecanismo que combata los efectos del CRF, como medicamentos que actúen más específicamente en los receptores de la hormona del estrés. Si se logra desarrollar ese tipo de bloqueadores, se contará con una gran ayuda para las personas que están tratando de dejar adicciones o controlar su alimentación.

LONDRES (Télam-SNI) -- Quienes sufren estrés son más propensos a comer compulsivamente o a desarrollar adicciones, según una investigación de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos. De acuerdo con dicho estudio, que fue publicado en la revista "BMC Biology" , el alto nivel de una hormona en el cerebro de personas muy tensionadas las hace necesitar recompensas.
La investigación, llevada a cabo con ratas, descubrió que el centro del cerebro que controla la necesidad de reconocimiento se activa cuando la persona está apremiada.
La responsable de este mecanismo es la hormona Factor Liberador de Corticotropina o CRF en sus siglas en inglés.
Las ratas con niveles de CFR similares a los que tienen las personas estresadas mostraron un deseo exagerado de obtener una gratificación, hecho que --según los científicos-- podría explicar por qué un individuo con estrés siente un creciente deseo de comer compulsivamente, desarrollar conductas adictivas o una necesidad excesiva de premios.
"Encontramos que este neurotransmisor (CFR) asociado con el estrés, no solamente produce procesos de ansiedad, sino que también actúa en procesos motivacionales como puede ser aumentar el deseo de obtener comida o una droga", indicó Susana Peciña, una de las autoras.
Para la investigación, los científicos inyectaron a un grupo de ratas un alto nivel de CFR en la parte del cerebro que se sabe está asociada con el estrés, mientras que otro grupo recibió niveles menores.
Previamente, ambos grupos habían sido entrenados para responder a un estímulo: un sonido que anticipaba una recompensa de azúcar si el animal presionaba una palanca.
"Cuando se les inyectó el neurotransmisor, los roedores con niveles más altos de CRF activaron la palanca tres veces más que los de niveles bajos de CRF", explicó Peciña.
"Esto nos hace pensar que la necesidad de obtener una gratificación, en este caso el azúcar, no es un efecto secundario para liberar el estrés, sino que es un hecho directo de los sistemas motivaciones del cerebro."
El estudio podría tener repercusiones para el desarrollo de mecanismos para controlar adicciones o conductas compulsivas, ya que, según Peciña, si una persona es consciente de que bajo los efectos del estrés se es más vulnerable podrá ser más capaz de controlar ese deseo.

Alerta para las embarazadas que trabajan
Las futuras mamás con un empleo estresante deben trabajar como máximo 24 horas a la semana para evitar riesgos semejantes a los que corren los bebés de las gestantes fumadoras.
La citada es la primera conclusión de un estudio realizado por el Centro Médico Universitario de Amsterdam (AMC).
Los investigadores constataron que las mujeres en estado de gestación que trabajan 32 o más horas en un empleo estresante dan a luz a bebés cuyo peso es unos 150 gramos inferior al que debiera, al igual que ocurre en el caso de las embarazadas fumadoras.
"Este riesgo es independiente de la edad de la madre y de si se trata de su primer o sucesivos embarazos", indicó el catedrático en Medicina Social del AMC, Gouke Bonsel.
Además, el estudio señala que trabajar más de 24 horas semanales en situaciones de estrés aumenta el riesgo de padecer preeclamsia --un tipo de hipertensión que aparece en el embarazo--, lo que puede afectar al crecimiento natural del feto o provocar que las cantidades de líquido amniótico en el útero no sean las adecuadas. (EFE)

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