viernes, agosto 12, 2005

Los cepajes en la Argentina

Denominamos varietales a los vinos elaborados con una sola cepa y de corte o genéricos, a los que se obtienen con dos o más variedades de uva. A continuación, les mencionamos algunas de las cepas más cultivadas en nuestro país:

Vinos Blancos

Chardonnay: es la cepa blanca de mayor calidad, se utiliza en la producción de vinos ricos y equilibrados, con aromas frutados y sabores de gran persistencia.

Torrontés: cepaje indiscutido de la Argentina, se utiliza para producir vinos muy suaves y aromáticos, de gran limpidez a la vista.

Sauvignon Blanc: es una cepa bastante nueva con la que se producen vinos de fuerte personalidad, seco y muy ácido con sabores a hierba.

Riesling: cepa de fuerte personalidad, sus vinos tienen carácter frutado y equilibrada acidez.

Chenin: es la cepa más extendida en el país. De altísima acidez, sus vinos son fragantes y ligeros.

Vinos Tintos

Malbec: esta es la cepa criolla más reconocida a nivel mundial, sus vinos poseen gran cuerpo, óptima acidez y mucho color. Son muy buenos en la guarda.

Cabernet Sauvignon: es el indiscutido rey de los tintos, de aromas intensos, es un vino con importante fuerza y presencia.

Merlot: considerado el hermano menor del Cabernet Sauvignon, posee un carácter más atenuado, resultando al paladar más suave y ligero, es de gran redondez.

Syrah: es un vino muy especiado de color intenso, de textura sedosa y prolongado recuerdo en la boca.

Pinot Noir: cepa de alta calidad, logra vinos suaves de buen cuerpo y aromas sutiles pero muy persistentes.

CEPAJES BLANCOS

Cepa Chardonnay
CHARDONNAY Desde hace al menos una década en todo el mundo se habla del Chardonnay como el “Rey de los Blancos” y no es para menos, ya que en la Borgoña Francesa, se producen algunos de los vinos de ese color más caros y renombrados del planeta, el Meursault y el célebre Chablis son algunos de ellos. En Argentina no es menos importante que en el resto del planeta, nuestro Chardonnay es el vino blanco más rico y elegante que se produce en esta tierra, no obstante, no es el más típico. Fuera de sutiles diferencias de caudal aromático o equilibrio de la acidez, es capaz de conservar intactos sus rasgos primarios en cualquier zona, esos rasgos se traducen en aromas y sabores que recuerdan a frutas blancas y frutas tropicales, A veces con tonos de manzana o cítricos. Se utiliza en la producción de una gran gama de blancos que van de los ligeros frescos y frutados, hijos del acero inoxidable, hasta los gruesos, espesos y complejos, fermentados y criados en barricas de roble nuevo, esta última modalidad, es la que lo impulsó explosivamente al éxito en el Nuevo Mundo; aunque hoy en día esta tendencia tiende a desaparecer, prefiriéndose los ejemplares más equilibrados, con más fruta, donde el roble sea un eventual acompañamiento del carácter varietal, pero nunca con un protagonismo absoluto. No obstante sean fuertes, suaves, frescos, complejos, frutados o de estilo terroso.

Cepa Torrontes
SAUVIGNON BLANC Posee un aroma cautivante y característico que le es propio, el Sauvignon Blanc produce un vino de perfil bastante rústico, con mucha acidez y caudal aromático, siempre en la franja de las hierbas silvestres y los cítricos. Ese estilo fumé ha sido lo que motivó a los productores a buscar este estilo más franco y directo frente al olfato y paladar. Hoy en día es uno de los varietales con mayor presencia y que posee gran cantidad adeptos.

TORRONTES De origen griego, aunque sí es posible que los conquistadores ibéricos hallan sido quienes lo trajeron hacia estas latitudes. Posee un aroma potente y raramente frutado. A través de los siglos, aquél antiguo y misterioso tipo de moscatel sufrió una mutación genética natural hasta convertirse en nuestro cepaje blanco más emblemático. Hoy, esta uva se utiliza mayoritariamente para producir vinos blanco de aroma pesado y tosco; sin embargo hay numerosas bodegas que lo elaboran con carácter aromático pero a la vez fresco, con muchos tonos florales y delicadamente frutados, capaces de colmar los sentidos sin llegar a saturarlos.
CEPAJES TINTOS

Cepa Cabernet Sauvignon
CABERNET SAUVIGNON El Cabernet Sauvignon ocupa el trono de monarca entre los celajes tintos. Semejante posición esta bien cimentada en sus innatas virtudes genéticas, que pueden resumirse en la adaptación a diferentes ecologías. Se añejan muy bien en madera y botella hasta alcanzar asombrosos niveles de complejidad. Oriundo del sudoeste de Francia, donde logro una fama que pronto trascendió las fronteras. En Argentina el rey tinto cuenta con un renombre sólido y bien ganado entre los consumidores. El Cabernet Sauvignon nacional mantiene su silueta clásica, pero goza de ligeras variaciones (todas positivas) de acuerdo a los diferentes terruños. Básicamente, existen tres tipos modelos regionales: el de Salta, Mendoza, y Rio Negro. Mas allá de los estilos, es evidente que las cifras de su cultivo crecen de una manera vertiginosa (2000 hectáreas en 1991, 5900 en 1998 y 12.916 en el 2001), por lo cual habrá Cabernet Sauvignon argentino y del bueno para ratos.



Cepa Syrah
SYRAH Hasta hace pocos años, la versión más aceptada sobre el origen del Syrah se situaba en el medio oriente. Contaba la leyenda que el cepaje venía de la ciudad persa de Shiraz, desde donde había sido llevado a Francia por los caballeros cruzados. Otros atribuían dicha teoría con la variante del origen, que marcaban en Siria, un lugar de paso en su periplo mediterráneo, o en el puerto de Siracusa, punto por el que habría entrado en Europa. Todo esto le daba a la uva y su vino resultante un aire de exotismo oriental que ayudó mucho en su difusión entre los consumidores del Nuevo Mundo. Posteriormente, la ciencia echo la romántica pero inexacta leyenda por tierra; ocurrió que un grupo de arqueólogos franceses descubrieron, hace pocos años, semillas fosilizadas de la variedad de 40.000 años de antigüedad, en el Valle de Rhóne. Parece ser que el Syrah estuvo siempre en el terruño francés donde se encuentra hoy, en la fama internacional de los prestigiosos tintos Hermitage, donde se lo produce casi puro y los cortes más modestos de Rhone y Chateauneuf-du-pape, donde se encuentra bastante mezclado con otros cepajes típicos como Grenache, Carignan y Cinsault. En Argentina, el Syrah sufrió durante bastante tiempo una crisis de identidad, se lo utilizaba para mejorar diferentes blends siendo su aparición varietal, sumamente rara. Pero en los últimos años las bodegas nacionales han encarado la tarea de elaborarlo solo en su mejor expresión. Poco amigo del frío y la altura, el Syrah parece desarrollarse plenamente en lugares de abundancia de sol como San Juan y el Este de Mendoza, siendo muy apta para la crianza en roble y en vidrio.

Cepa Malbec
MALBEC Tinto criollo por excelencia, el Malbec tiene una historia singular que habla de un oscuro origen europeo y de una nueva vida a diez mil kilómetros de su tierra natal. Es originario del sur de Francia, precisamente de la comunidad Cahors, nunca fu catalogado un celaje de gran calidad. Mas allá de su participación mayoritaria en los tintos de la comarca (casi desconocido fuera de Francia). Tuvo una pobre participación entre los caldos de Bordeaux, que fue limitado con el correr de los años hasta casi desaparecer. Pero hacia el año 1852 nuestra uva de bandera apareció en Cuyo, donde rápidamente se convirtió en una de las variedades favoritas de la producción de aquel tiempo, En los 90 y la reconversión hizo que nuevamente se lo valorara por todo sus propiedades genéticas. Fue esa cualidad de fruta carnosa y expresiva la que le abrió las puertas de los mercados del primer mundo hasta convertirlo en el celaje y el vino emblemático de nuestro país. En la actualidad es el celaje mas cultivado de nuestro país (Argentina) con 17.300 hectáreas en todo el país.



Cepa Merlot
MERLOT Celaje como el Cabernet Sauvignon, el Pinot Noir o el Chardonnay poseen la rara virtud de ser invariablemente dominante. En una comarca llamada Pomerol, el Merlot se sublima y produce algunos de los tintos mas prestigiosos del mundo, entre ellos el inalcanzable y celebre Petrus. Su mayor virtud reside en eso, en su capacidad para lograr un vino rico y carnoso, bebible ya a los tres o cuatro años de vida. La idea que se tiene en nuestro país del Merlot no difiere demasiado de la noción global. Considerado un pusilánime sensorial, incapaz de alcanzar grados de concentración apto para el recio bebedor criollo, se lo utilizo cortado con Cabernet o Malbec hasta los 90. Hasta entonces, los varietales eran una rara osadía de algunas bodegas audaces. Hoy, hablar del Merlot es hablar de una variedad finísima, muy apropiada para construir vinos delicados pero intensos, de buen cuerpo y extraordinaria complejidad, que se ve ayudada por la crianza en barricas.

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