Se propaga a través de los distintos programas de mensajería instantánea. En los últimos meses ha crecido de sobremanera. Sepa cómo cuidarse y contrarrestarla.
Eramos pocos y llegó el spim. Sí, la plaga de correo electrónico basura -conocida como spam- que hoy complica por igual a empresas y particulares tiene ahora un hermano menor.
A diferencia de la vieja conocida, la nueva modalidad llega a través de los populares programas de mensajería instantánea, también conocidos como chats (MSN de Microsoft, Yahoo! Messenger o AOL Messenger, entre otros).
Si bien no es una modalidad nueva, preocupa ahora por el gran crecimiento que ha registrado en los últimos meses. Un dato lo corrobora: el envío de publicidad molesta o correo basura a través de la mensajería instantánea ya representa el 5 por ciento de la basura que genera Internet.
La nueva plaga recibe el nombre del acrónimo en inglés de SPam over Instant Messaging.
Y aunque suene raro, no es otra cosa que una forma de correo basura que -como se dijo- llega a las computadoras a través de los servicios de mensajería instantánea.
Como ocurre con el correo basura tradicional (spam), el spim se apoya en programas robot para propagarse por la red. Básicamente, estos programas se encargan de rastrear direcciones de agendas de los usuarios para luego enviarles propaganda no deseada.
Al utilizar direcciones reales, es decir las "robadas" de las agendas de los usuarios, es más fácil caer en la trampa.
En otras palabras, la técnica consiste en hacerse pasar por una persona real, induciendo al incauto usuario a visitar páginas de publicidad a través del envío de un mensaje que contiene un enlace o link.
Generalmente, el mensaje fraudulento contiene palabras tipo:
"Hola, soy mengano, agregáme a tu lista de contactos y después hablamos". Y alcanza con agregarlo a la lista de contactos para convertirse en una víctima más del spim.
Es cierto que actualmente el spim está muy lejos de lo que representa el spam en materia de cantidad de mensajes enviados.
Pero así y todo, hay que estar preparado para atajar a tiempo esta nueva plaga, porque es incluso más molesta e intrusiva porque los mensajes basura surgen automáticamente en forma de ventanas emergentes (pop up) mientras el usuario está conectado.
Así, es más difícil de ignorar y convierte a esta técnica en algo muy atractivo para los spammers (generadores de correo basura), últimamente acorralados por los programas antispam.
Aunque en la Argentina todavía no está tan difundido como en otros países, el uso de programas de mensajería instantánea se está instalando con fuerza en el mercado de dispositivos de mano y teléfonos celulares.
Al igual que ocurre con el correo, el hardware portátil permite el intercambio de imágenes y de archivos, por lo que también es un coladero de basura, virus y demás plagas.
Resulta entonces fundamental protegerse de estas plagas. Entre otros recaudos básicos, será útil o al menos prudente instalar todas las actualizaciones de estos programas, que por cierto son gratuitos.
Todos los programas de mensajería instantánea continúan mejorando las medidas de seguridad de sus productos, por lo que vale la pena descargar los parches y actualizaciones disponibles.
Otros recaudos que se pueden tomar son evitar la activación de enlaces: no abrir archivos que resulten sospechosos. Esta es la principal vía de entrada de los spim. Además, será bueno utilizar una contraseña de cuentas segura.
También hay que evitar el envío de información sensible por mensajería instantánea; esto es, número de tarjetas de crédito, direcciones, números de seguros o de obras sociales, etc.
Con todo, ante esta nueva plaga hay que estar más que atento.
Y es que para algunos expertos, en un futuro no muy lejano el spim será una plaga mayor que la del spam. Como argumentos para apoyar esta tesis, señalan el gran crecimiento de los programas de mensajería instantánea (diez millones de usuarios en 2002 y 182 millones en 2007, según las previsiones de la consultora Ferris Research) y la mayor efectividad de esta nueva técnica.
En cuanto a la efectividad de la técnica, cuando un usuario recibe un correo electrónico de origen desconocido solicitando un clic en un enlace o que visite determinada página, alcanza con borrarlo.
Pero si se trata de un mensaje que aparece cuando está hablando con un amigo, por ejemplo, es bastante más lógico que casi sin pensarlo haga clic en el enlace.
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